J.D. Salinger: el guardián al descubierto* Guillermo Vega Zaragoza
*A* unas cuantas horas de haberse dado a conocer la muerte de J.
D.Salinger, el 27 de enero de 2010, Bret Easton Ellis, el otrora
*enfant * terrible de la literatura estadunidense de los ochenta con *American
Psycho*, envió el siguiente mensaje en Twitter: ¡¡Sí!! Gracias a Dios por
fin está muerto. He esperado este día por una jodida eternidad. ¡¡¡De fiesta
esta noche!!! En tanto, el también célebre Jay McInerney, consideró a
Salinger el escritor norteamericano más influyente desde Hemingway. Y abundó
el autor de *Bright Lights *, *Big City *: Como Mark Twain, a quien imitó en
la línea que abre The *Catcher in the Rye *, inyectó un nuevo tono coloquial
en nuestra literatura. Es imposible imaginar la obra de Philip Roth o John
Updike sin su influencia. Varias generaciones después, escritores como David
Foster Wallace y Dave Eggers parecen aún estar calcando a Holden." Sin duda,
de Holden Caulfield, el joven inconformista de la postguerra, a Patrick
Bateman, el ejecutivo asesino de Wall Street, parece haber transcurrido una
eternidad. El mundo ha cambiado enormidades al igual que los lectores.
Piedra angular de la "Literatura del No", de aquella cofradía de los
Bartlebys, inventada por Enrique Vila-Matas, hombres que se negaron a seguir
escribiendo, como Juan Rulfo, Arthur Rimbaud y tantos otros, Salinger
continúa provocando entusiasmos y enconos.
Más allá de las especulaciones acerca de la posibilidad de que luego de su
muerte salgan a la luz los textos que Salinger escribió durante su
autoimpuesto silencio de más de cuarenta y cinco años, resulta interesante
echar un vistazo a algunas valoraciones acerca de su magra obra: apenas
treinta y seis textos publicados, incluida una novela, el último de ellos en
1965.
En 1952 Salinger encargó este retrato y prohibió al fotógrafo difundirlo.
Después de treinta años, fue publicado. Foto: Antoni Di Gesu / San Diego
Historical Society / Getty Images / Hultob Archive Collection
Jerome David Salinger nació el primero de enero de 1919 en Nueva York. A los
diecisiete se enroló en la academia militar y publicó su primer cuento en
1940. Se alistó en el ejército en 1942, partió a Europa. Recibió
entrenamiento de contrainteligencia y participó en varios enfrentamientos
contra los nazis. En Alemania ayudó a liberar un campo de concentración y
participó en el interrogatorio de los prisioneros de guerra. En 1944 entró
en París, con las primeras tropas estadunidenses que liberaron la ciudad.
Ahí encontró a Ernest Hemingway, que trabajaba como corresponsal de guerra.
Simpatizaron de inmediato y Salinger le enseñó sus relatos. Cuando su unidad
desembarcó en Normandía, llevaba una máquina de escribir entre sus
pertenencias.
Poco después del fin de las hostilidades, Jerry sufrió un colapso nervioso
debido al estrés postraumático y fue relevado de su cargo en 1945. Su
experiencia en la guerra lo marcó profundamente y le hizo cambiar su opinión
sobre la humanidad. En el libro de memorias de su hija Margaret, *El
guardián de los sueños * (Debate, 2002), Salinger llega a decirle, a
propósito de sus días en el ejército: "Nunca consigues deshacerte de ese
olor a piel carbonizada."
En diez años aparecieron veintiséis relatos suyos en diversas revistas,
hasta que en 1951 publicó su única novela, The *Catcher in the Rye *, la
cual no fue muy bien recibida. Es célebre la reseña de James Stern en *The
New York Times *, recién aparecido el libro, titulada "Ay, el mundo es un
lugar asqueroso", en la que imita el estilo utilizado del habla del
personaje principal: "Este Salinger, es un tipo de cuentos cortos. Y sabe
cómo escribir acerca de los chicos. Pero este libro está muy largo. Se pone
un poco monótono. Me deprime. De veras que sí." Para ese entonces, Salinger
ya había publicado ocho de los relatos que incluiría en 1953 en el
volumen *Nueve
cuentos *, entre ellos varios considerados como verdaderas joyas del género:
"Un día perfecto para el pez plátano" y "Para Esmé, con amor y sordidez."
Continuar la lectura en...
http://www.jornada.unam.mx/2010/03/21/sem-zaragoza.html
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